miguel

miguel

19.12.05

"Los niños están jugando. Uno de ellos estira el dedo hacia el otro y le dice:
"bang!, te maté!". Y el otro cae al suelo jugando al como si.

Los adultos están jugando. Uno de ellos estira el arma hacia el otro y "bang!, yo te maté!" y el otro cae muerto.

El juego de los niños termina con la resurrección universal de los muertos. El juego de los adultos termina con la sepultura universal de los muertos
La resurrección es el paradigma del mundo de los niños.

El juego se convierte en una denuncia de la lógica del mundo adulto. Los niños se niegan a aceptar el veredicto del principio de la realidad. Los niños no se conforman con el orden de este mundo y por eso inventan otro con sus propias reglas.. Será algo semejante a lo que Jesús quería decir al hablar de la necesidad de volvernos como niños?

La teología como juego
Rubem ALves
Ed La Aurora, 1982

7.3.05


utopía y realidad Posted by Hello

Utopía y política

Hace unos cuántos días, en el Foro Social Mundial, asistimos a un muy interesante Panel sobre “Utopía y Política, Quijotes hoy” . La referencia tiene obviamente que ver con la celebración del 4to centenario de El Quijote de la Mancha. Y digo interesante no solo por el tema, sino también por el aporte de los panelistas invitados: José Saramago, Eduardo Galeano, Federico Mayor Zaragoza e Ignacio Ramonet.

Las presentaciones fueron muy ricas en contenidos, en las diferentes miradas sobre la obra, pero también sobre la realidad y el desde dónde plantearse la construcción de otro mundo mas justo, fraterno y solidario.

Sobre el final se planteó un debate bastante abierto entre E. Galeano y J. Saramago a partir de valoraciones realmente muy diferentes sobre el sentido de la utopía, la calificación del Quijote como un utopista y la importancia del pensamiento utópico en la práctica política contemporánea-.

No es mi propósito debatir los puntos de vista de estos destacados intelectuales, motiva algo bastante más acotado y es compartir lo que ellas suscitaron en mi y cómo se fueron procesando los argumentos en este tiempo de reflexión personal. Me prometí esto a mi mismo y a los compañeros con los que asistimos. Un mes y medio después, aquí estamos otra vez con el tema sobre la mesa.

La primer dificultad a la que me enfrenté fue constatar que compartía buena parte de los argumentos de uno y otro, pero como se verá un poco más adelante, pareciera ser que hay escasos puntos de acuerdo entre ambos puntos de vista. Por lo tanto, comprendía que había una contradicción a la cual no podía siquiera nombrar y sin embargo estaba allí, silenciosa, aguardando ser dilucidada desde mi conciencia. Escribo por la imperiosa necesidad de intentar resolver este nudo y a la vez, abrir un espacio de intercambio con quien desee sumar su perspectiva personal a esta reflexión.

Galeano juega con las palabras y con ellas inventa mundos, Saramago las cuece implacablemente para despojarlas de todo lo que resulte aleatorio.

Comienza Galeano diciendo “paradójico mundo, paradójica vida, paradójico personaje Don Quijote. Novela inmortal nacida en una cárcel, como nosotros en América Latina, de la pluma de un autor preso por deudas, igual que nosotros. Novela que termina siendo famosa por una frase que el Quijote nunca pronuncio (“ladran Sancho, señal que cabalgamos”) Paradójico también que este personaje, montado en un rocín flaco, destinado al perpetuo ridículo, a la derrota, haya podido andar cuatro siglos. Porque ridículo es, pero entrañablemente ridículo.
Cree el niño que la escoba es un caballo mientras dura el juego y cree también el lector mientras lee su aventura. Nos reímos de el, pero más nos reímos con el”

“El lenguaje popular expresa la dimensión heroica que la gente a otorgado a este antihéroe cuando hace referencia a una “quijotada”

Tomando como punto de partida el mismo texto de Tomas Moro de 1516, para Eduardo Galeano “el “no-lugar” (u topos) tal vez pueda tener lugar en los ojos que lo adivinan y a continuación dice “ cada persona contiene varias miradas posibles al igual que este mundo contiene otros mundos, tan reales como éste” y pone el ejemplo de un pintor venezolano llamado Vargas, que pinta hermosos arco iris llenos de colores mágicos, que nunca vio, porque el petróleo convirtió la región donde vive en un lugar de blancos, grises y negros, un paisaje triste de olor fétido.

¿Qué es ser realista, se pregunta.? “Es pintar la realidad que necesita porque en la barriga del mundo hay otro mundo posible”.

Cita a León Felipe quien a propósito de El Quijote dice “La gran metáfora poética anuncia la gran metáfora social” y a Bernard Saw “hay quienes observan la realidad tal cual es y se preguntan por qué. Hay quienes la imaginan como jamás ha sido y se preguntan, ¿por qué no?”

¿Para qué sirve la utopía? Ella está en el horizonte, camino diez pasos y se ubica diez pasos más allá. Por mucho que camine jamás la alcanzaré, para eso sirve... para caminar”


Para Saramago por el contrario, El Quijote no es un utopista, en el fondo es un pragmático.

Citando a Rimbaud que en uno de sus versos escribe “la vida autentica está en otra parte”, advierte sobre el riesgo del pensamiento que construye futuro a partir de la utopia porque introduce un tremendo equívoco. “me desagrada el discurso sobre la utopía, mas aun yo no tendría problema alguno en que se quitara del diccionario. Nada pasaría, porque para la vida real de las cinco mil millones de personas que viven en la pobreza, no significa literalmente nada.”

“El día de mañana es nuestra utopía. Con el trabajo de hoy, es posible que el día de mañana resulte algo diferente, trasformado”

“La izquierda está necesitando una revisión rigurosa de los conceptos que utiliza. Las palabras no son inertes. En términos de importancia, creo que es vital discutir lo que significa la democracia, porque está secuestrada, condicionada”.

Y finaliza su intervención contundente, “lo que transformó al mundo no fue la utopía sino la necesidad”.

Me atrae esa imagen de una gran barriga conteniendo otros mundos posibles, pero a la vez tomo distancia crítica frente a la tentación de vaciar de contenidos reales la realidad para imaginar otra, fantaseada, ilusoria. Llevado a la vida política, a perder contacto con las dimensiones materiales y concretas de la existencia, con su terquedad, su silencio y misterio. Ayer escuchábamos a la gente en las calles manifestando sus sueños: trabajo, comida, ropa limpia...

Es cierto que la utopía empieza mañana y se va construyendo como se pueda ahora, hoy. Pero también, pobre horizonte si es exclusivamente esto, sólo esto.

Leonardo Boff dice que la realidad tiene una dimensión inmanente, concreta, observable, pero que también se abre a la trascendencia y a la transparencia. La Creación toda es de alguna manera, un “sacramento” del amor de Dios y como dice el apóstol Pablo, “gime dolores de parto”.

Me interrogo como cristiano, es decir desde la fe, advirtiendo que no tanto desde la religión, porque aunque sea un hombre religioso, esto es condicion de lo primero. Creo en Jesús, siento en mi vida que El es quien da sentido a mi vida, soy parte de la comunidad de hermanos que le siguen, Creo en el Dios revelado en Jesucristo, un Dios que es comunidad y por lo tanto Amor antes que Poder. Un Dios vulnerable, un Dios que muere.

Jesús vivió las mismas tensiones; dar de comer al pueblo, liberarlo del imperialismo romano, resucitar muertos y a la vez, anunciar un Proyecto a construir entre todos libremente, un Proyecto de liberación profunda y plena: el Reinado de Dios, la soberanía de Dios. En Jesús el camino pasa por la cruz, es decir por la coherencia radical de vivir cada día las consecuencias de optar por este Proyecto y de irlo descubriendo paso a paso, enfrentar a los hombres piadosos y religiosos de su pueblo, a los doctores de la ley, al aparato político de la época. Enfrentar sus dudas, miedos, angustias. Muere solo, torturado y asesinado. No anuncia una utopía romántica, anuncia un Reino que está más allá de este, pero que se va anticipando a través de señales muy concretas haciendo opciones por los pobres, las viudas, los niños, los extranjeros. Es desde la fe que creemos que venció a la muerte y por tanto, todos estamos llamados a ser uno con El, el Padre y toda la creación.

La respuesta no es fácil, porque la respuesta que daría Jesús no es teórica. Sería algo así como “bueno hermano, vení conmigo y vamos a ver”. Allí tiene renovado significado la oración, porque se acabaron las certezas, las seguridades y comienza el camino. Y aquí vamos, como los discípulos de Emaús, andando pero con el corazón ardiendo, porque vamos y vamos, porque andamos juntos y porque El está en medio de nosotros, sosteniendo nuestra esperanza.